Supe que estaba embarazada antes de saberlo. Estábamos de vacaciones con unos amigos en Llanes y me sentía poderosísimamente atraída por el mar. Sentía que me calmaba, que me bajaba las pulsaciones, que me relajaba, que me perdía en medio del océano, que me conectaba a una realidad que, sin yo todavía saberlo, comenzaba a crecer en mi. No he vuelto a tener esa sensación. Irene también sintió el mar desde dentro de mí y, sin embargo, no le produjo el mismo impacto. Lo demás: los asquitos y las ganas de hacer pis en cualquier rincón cada tres minutos, no es nada reseñable. .... El Cantábrico siempre estará unido a nosotras. El Cantábrico siempre me recordará al viaje más apasionante y más difícil que he realizado nunca....